miércoles, 1 de octubre de 2014

92- A correr que llego el pollo!

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Una anécdota de pollo, que me hizo reir mucho,.... perdoname senor.
De paso, es una anécdota real, sobre la cuota de pollo que le dan en Cuba a la gente a través de la libreta de abastecimiento; a las personas mayores que tienen serios problemas de salud. 
Pero antes hay que decir, que esto está planificado para que tenga cierta regularidad; pero nadie sabe si va ha venir el pollo de dieta (como lo llaman la gente en Cuba) o no. Entonces, cuando ven el carro del pollo todo el mundo corre a preguntar si es el pollo de dieta o no; para ser de los primeros en la cola. Es algo difícil de creer porque aquí nadie corre detrás de las rastras que traen los productos a las tiendas.
Resulta que mi co-worker, va a Cuba para que su abuela, viera su hija de dos años (fueron a celebrarlos con su abuela y familia); porque la señora siempre le decía, que se iba a morir y ni siquiera iba a conocer su nieta. Bueno, no es fácil ir a Cuba con un nino que nacio aqui. Un día tendré que escribir las diferencia más elementales, como los niños las manifiestan inocentemente en esos viajes y las cosas “cómicas” que ocurren con los cambios. 
Bueno es hacer otro aparte, para decir que los cubanos tenemos un trauma con el refrigerador. Mi esposa que es americana; al principio no entendia porque yo tenía que tener siempre el refrigerador lleno hasta el “moño” y el congelador “atestado” de carnes. Hasta que le explique, todo lo que ustedes conocen. Y ella me dijo, que no, que las cosas no se iban a acabar en las tiendas, lo que yo sabía,... Pero es un trauma inconsciente, que le voy hacer. Que no necesitaba hacer esas grandes reservas de comida, cuando podía comprar las cosas que iba a consumir poco a poco, para que los productos fueran más frescos, e ir cambiando de idea, sobre lo que iba a consumir, etc, etc, etc. 
Y hay que hacer notar también, que aquí los abastecimientos parecen surrealistas. Que usted va a los mercados por veinte días seguidos y parece que nadie ha comprado nada. Tal parece que es solo un salon de arte y los productos son obras de plásticos en exposición. O que nada se mueve. Si en una sección refrigerada, van 10 paquetes de carne; pues usted ve casi el 100 % de las veces, los 10 paquetes de carne. Y digo casi, porque alguien, uno segundos antes que usted, puede haber cojido algo. Claro con el tiempo uno va descubriendo los mecanismo que hacen que todo eso sea posible. Como que en este país no se duerme y las rastras de abastecimiento andan por la noches como fantasmas por todas las grandes carreteras, hasta llegar a todos los puestos de ventas. Y todo eso por una larga, e insustituible experiencia del personal que dirige toda esa cadena, que empieza en los centros productivos y agrícolas. Ellos saben que productos y que cantidad se va ha consumir, en cada estación y dia del ano. Y eso teniendo en cuenta las costumbres de cada región, que pueden llegar ha ser en extremo diferentes. Además, de la variedad que ves en un mismo producto. Por poner un ejemplo; yo no no he podido saber, cual es mi helado o mayonesa favorita. Hay tantas, que tendria que gastarme un salario; para probarlas todas. 
Mi amigo le dijo a su mamá, que no gastar dinero comprando nada, que cuando el llegara; compraria todo lo que se necesitaría para esos días. Bueno, pues mi amigo, siendo fiel a nuestro ritual; lo primero que hizo al llegar a la casa de su abuela, fue abrir el refrigerador, para salir a “resolver” lo que hacía falta. Claro, porque tenía un dinero que valía, en “su mano”. Al abrir el congelador, ve un nailito (nylon), lo abre, y ve que tiene un pedacito de hueso cortado. Se sonroja, se queda mirando a su abuela y le dice en forma de broma: “abuela, que brujería es esta”. Es para atraer la carne al congelador. No es una brujería, es el pollo de dieta. Que pollo de dieta, ni pollo de dieta,... esto es un hueso. 
Bueno, lo que pasa es que cada persona tiene asignada una libra de pollo. Y el “camionero” le entrega al ‘tiendero”; el peso de cada caja de pollo, de todos los que reciben el pollo de dieta. Y este le firma un recibo por ese peso. Y después para abrir y repartir ese pollo por parte del tiendero; el administrador tiene que estar mirando todo. Porque la gente se esta quejando en las reuniones del Poder Popular, que se estan robando el pollo o que no le dan la libra completa. Entonces, si al tiendero le falta o le sobra una libra de pollo; pues el administrador, por orden del gobierno, tiene que despedirlo. Así, que si el te pone un muslo de pollo de dieta y le faltan unos gramos para completar la libra (si, porque en Cuba, combinan a ojo de buen cubero, diferentes sistemas de medidas); pues te echa en la balanza, unos pedacitos de los contramuslos que tiene picado al lado en tres trozos, para esos casos. 
Así logra, que ni le falte, ni le sobre nada; porque en el peso de las caja de pollo, también está incluido, el de los huesos de pollo. “Pero abuela, el hueso no se come.” Si pero es la única solución que se ha encontrado, para que no haya desvíos, acaparamientos y reventas ilegales, en el mercado negro.

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¡Llegó la papa a la bodega!
Son estos los cubanos que todavía no perciben en sus estómagos los beneficios del Deshielo ni de la Cuba que recibe a senadores, primeros ministros, famosos ni empresarios ávidos de aumentar sus intereses en la Isla.
Es esta una pequeña muestra de la Cuba de hoy, una Isla en donde la felicidad de un día cualquiera puede concentrarse en una pequeña victoria cotidiana: "comprar tu jaba de papas".

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