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sábado, 18 de abril de 2020

576-Conosca al Comandante Juan Almeida Bosque, el delincuente charco de sangre padre de Juan Juan y el cual nunca ha pedido perdón al pueblo de Cuba en nombre de su familia.

Más abajo podrá también conocer a otros comandantes charcos de sangre:   
--Guillermo Garcia Frias
--Efigenio Ameijeiras (si el que un hospital lleva su nombre).
--Cresencio Perez

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No queremos delincuentes, estafadores, hipócritas, cobardes vividores, infladores, antipatriotas y asesinos esta vez involucrado en la lucha por liberar a Cuba.
El Che Guevara, el enfermo mental que descubrió cuando mató el primer cubano que eso era lo que más placer le daba.

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Sobre Juan Almeida Bosque:
El policía Esteban Ventura Novo, se convirtió en un verdadero azote de los delincuentes en La Habana.
Siempre se le veía bien uniformado, con la ropa planchada, era acicalado, limpio y elegante en el vestir. Siempre fue así.
Él comienza sus Memorias hablando de dos delincuentes de quien se ocupó de perseguir.
El capítulo V se lo dedica a Juan Almeida Bosque, Comandante de la Revolución castrista y figura emblemática del gobierno del Dictador Fidel Castro Ruz, fallecido hace unos años.
Para las personas no cubanas y de otras latitudes que me leen, explico que todo esto se desarrolla en la ciudad de La Habana.
Dice Ventura Novo:
“…fui asignado a la segunda estación, situada en Paula y Picota (eso es la parte vieja de la ciudad de La Habana).
A las 5:30 de la tarde del día 6 de noviembre de 1948, el timbre del teléfono de la estación sonó.
-Segunda estación, ordene, dijo la clase de guardia.
Del otro lado del hilo, una voz dijo:
-Ahora mismo acaba de ser asaltada, en la esquina de Desamparados y Damas, una mujer. Parece norteamericana; sus asaltantes son dos. Uno de ellos es Caballo Blanco y el otro Pito. Corrieron hacia La Habana vieja, por la calle Damas.
El sargento Darío y yo salimos hacia el lugar que nos indicaban…pudimos ver a la norteamericana Hallen Hayes, de Fort Lauderdale, en la Florida, quien nos describió a sus asaltantes que se habían llevado la cartera con $166.00. Muy nerviosa, nos dijo:
-Los dos ser negros.
…el bodeguero de la esquina nos manifestó:
-Se metieron en la posada, allí, en el número 66.
…comenzamos a registrar cuarto por cuarto. Al fin, en el número 7, debajo de la cama, estaba Caballo Blanco, quien atemorizado me dijo:
-No me hagan nada…La cartera está en la carpeta de la oficina…el juez de Instrucción de la Sección Segunda, conoció del hecho y lo procesó con $10,000.00 de fianza…radicando la causa por asalto y robo.
Caballo Blanco, alias con que era conocido en el mundo de la delincuencia en el año 1948, no era otro que el difunto Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, Juan Almeida Bosque.
…sancionado, por la Sala Quinta de lo Criminal de la Audiencia de La Habana, a la pena de 4 años, siendo remitido al Reclusorio Nacional para Varones, de Isla de Pinos.
Allí conoció a quien andando el tiempo, le haría Jefe del Ejército, al Ex Dictador Fidel Castro Ruz.
Juan Almeida Bosque, alias Caballo Blanco, había sido sancionado a una pena, por un hecho que, según propia confesión, no era su giro, ya que sus actividades eran la venta de marihuana en la esquina de San Isidro y Damas, en unión de Caridad Suao, alias La Conguita…
Almeida es medio hermano de Papaíto, famoso delincuente que operaba en la misma barriada…”
¡Qué interesante es toda esta historia de este personaje de quien siempre se dijo, fue proletario, un albañil!
Almeida fue uno de los funcionarios castristas que mayor cantidad de trabajos sucios hizo contra cubanos infelices, destruyéndoles la vida.
Abajo la Dictadura Castrista!Cuba volverá a ser libre!

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Estos escritos, si se quedan en Facebook pocos los leeran:
https://www.facebook.com/groups/413107215391094/permalink/1445589228809549/
LA SIERRA MAESTRA:
Guillermo García Frías, De ascendencia muy humilde, de origen campesino, su infancia estuvo enmarcada por la miseria, los desalojos de la guardia rural. Fue uno de los arrieros de mula al servicio de Crescencio Pérez, campesino que cultivaba mariguana en la Sierra Maestra, cuando el desembarco del yate expedicionario Granma, el 2 de diciembre de 1956.
El tercero y último en ostentar los grados de “Comandante de la Revolución” es Guillermo García, personaje poco conocido publicamente y que durante casi 50 años de revolución sigue siendo una incógnita para el pueblo cubano.

Su fortuna personal está evaluada en 20 millones de dólares, y esto gracias al tráfico de gallos finos y caballos de pura sangre.

Quién es realmente este hombre y por qué tiene esta distinción que lo pone con Ramiro Valdéz y Juan Almeida solamente bajo el mando directo de Fidel?

Es necesario remontarse a los momentos del desembarco del Granma por las costas orientales de Cuba, o mejor dicho “el naufragio” como lo calificó el Ché. El descalabró fué enorme y sólo quedan algunos hombres dispersos, el resto fueron
capturados, asesinados, o murieron en el primer combate.

Fidel Castro estaba solo y abandonado a su suerte, cuando encuentra a dos bandoleros de la Sierra Maestra que estaban huyendo de la Guardia Rural; Crescencio Pérez y Guillermo García.

El primero cuatrero y bandido capaz de cualquier cosa, personaje que escondió a Fidel y a sus hombres y le sirvió de guía; y el segundo, arriero de mulos que bajaba marihuana con su arria hasta el llano, ambos buscados por sus actos criminales y ambos los primeros reclutas del Ejército Rebelde. ¡La revolución comenzó bajo buenos auspicios!

Guillermo García se propone ir hasta el lugar de los primeros combates para ver si puede recuperar algunas armas abandonadas.

( Guillermo García Frías )

Desde su regreso de esta misión, se quedó al lado de Fidel y les sirvió de guía en La Sierra, siempre en la Columna No. 1 "José Martí", bajo las órdenes directas del máximo líder y sinverguenza en jefe.

Hombre de confianza si se quiere, de Fidel, que nunca olvidó que le había salvado la vida. Al triunfo de la revolución no saben que hacer con Guillermo García y vegeta de derecha a izquierda sin nada que hacer.

Cuando en el año 1961 lanzaron la supuesta Campaña de Alfabetización, intentaron enseñarle a leer y a escribir, cosa que casi logró con miles de dificultades.

Celia Sánchez comentaba que era tan mulo como los mulos de su arria y que si le mostraban la letra o que es redonda como un culo, no sabría reconocerla (sic). Celia tenía una lengua del carajo.

A su nivel cultural no se le podía dar responsabilidades ni en la vida civil ni como cuadro del Ejército; lo mismo sucedió con Crescencio Pérez; a ambos le dieron dos fincas de 100 caballerías en las mejores tierras orientales.

Crescencio Pérez cogió la propiedad en las cercanías de Manzanillo y realmente hacía lo que le daba la gana, fuera de todo control estatal. Cuando alguien era atrapado matando una vaca, en muchos casos lo fusilaban o le metían 30 años de prisión.

Crescencio no solamente vendía todo el producto de la finca a precio de mercado negro, si no que una vez por semana ponía un cartel en la cerca que daba a la carretera donde anunciaba: "Mañana se vende carne de puerco y de res”.

A cualquier otro lo hubieran fusilado por tal desacato a las leyes del país, a Crescencio, el bandido que le había salvado la vida a Fidel, nadie intentaba decirle nada; era intocable.

En cuanto a Guillermo García, escogió sus tierras en la región de Bayamo. Tenía 25 ex miembros del Ejército Rebelde, guajiros analfabetos como él, que trabajaban en la finca.

En los primeros años todas las viandas, hortalizas, frutas y carne que consumían los jerarcas comunistas del régimen venían de esta finca, de donde tres veces por semana, salían camiones cargados de vituallas con dirección a La Habana, para los miembros de la nomenklatura que tenían las famosas “cuotas especiales”.

Era Celia Sánchez Manduley quien decidía quién tenía derecho y quién no. Pero esto no era su única ocupación, Guillermo Garcia tenía una cría de gallos finos y se construyó una valla de gallos adonde venían a jugar los viejos oficiales de la Sierra Maestra, comenzando por Raúl Castro.

Cada uno de los oficiales, de los guajiros de la Sierra, tenía un soldado que se ocupaba de cuidar su cría de gallos finos que cada fin de semana combatían.

Raúl llegaba en su helicóptero privado con algunos de sus amigos y empezaba la fiesta con juegos interminables de dominó y todas las tardes las peleas de gallos, donde no solamente se jugaban cajas de cervezas y botellas de ron, sino igualmente se apostaban miles de pesos a las patas de un gallo.

Para los oficiales del Ejército era un honor y una marca de distinción que fueran invitados a este selecto club de hombres de confianza de Raúl Castro.

Si Fidel o Raúl o algunos miembros de la nomenklatura del más alto nivel se comían un boniato, una malanga, una papa, una yuca... En fin, desde los huevos frescos hasta la carne que fuera de res, de puerco o de ave, salían de esta finca llamada “AMANECER”.

Pero el colmo de la finesa estaba en una cría de venados que estaba reservada para Fidel y Raül, que de tiempo en tiempo les mataban un animal para satisfacer sus paladares.

Cuando Ramón Castro, el hermano mayor de Fidel, se apropió del valle de la Picadura en la provincia de La Habana, muchos de los suministros provenían de esta propiedad, y como Guillermo García se aburría un poco, se dedicó a la cría de caballos de raza para la exportación. Como no solo vendían yearlings (potricos de menos de una año), se construyó en Pinar del Río un hipódromo en donde los hacían correr y daban las estadísticas de los tiempos efectuados, para la venta.

En cuanto a los gallos finos, se exportan para toda América Latina, el Caribe y hasta Filipinas llegan nuestros gallos de pelea.

Para sus caballos, Guillermo García montó una fábrica de monturas, en la carretera de Rancho Boyeros en La Habana, que también exporta casi toda su producción. 

A este ritmo este niño mimado de los hermanos Castro ha levantado una fortuna personal que se estima por lo menos en 20 millones de dólares.

En medio de la miseria del pueblo cubano, es una indecencia que este bandido, cuatrero y traficante de marihuana se enriquezca sobre las espaldas de LIBORIO, que ya no puede más.

Cuando Fidel Castro reunió el Estado Mayor y los principales militares cubanos en el edificio del MINFAR, para explicar por qué se debía fusilar al general Arnaldo Ochoa, el único que votó en contra y pidió clemencia para su amigo, compañero de la Sierra, compinche de borracheras y de juegos de gallos, fué Guillermo García.

Fidel hizo votar de nuevo y le hizo comprender que su postura podía costarle bien cara.

A la salida de la reunión lo cogió aparte y le dijo hasta del mal que iba a morir. El guajiro Guillermo pensó un instante que realmente tenía algún poder, ¡pobre diablo!

No todos somos iguales ante la nación y en Cuba una banda de ladrones sinverguenzas se ha enriquecido y lo sigue haciendo con el mayor desprecio por el pueblo.

Quizás los más jóvenes nacidos en el Exilio o los que se fueron de Cuba siendo niños, o tal vez muchos de los que vivieron desde el principio de la revolución no conocen estos detalles, pero sin lugar a dudas, otros están al tanto de estas cosas. A mí nadie me las contó, las ví con mis propios ojos.

Conozco al monstruo porque viví en sus entrañas.
Por Juan Vives
Paris, marzo 15

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EL delincuente, mariguanero y Terrorista EFIGENIO AMEJEIRA, uno de sus vínculos que hemos podido establecer según los Archivos Policiales de la Época lo vinculaba a Fernando Sánchez Camejo este sujeto residía en San José 611 en la Habana pertenecía a la A.R.G se dice se desempeñaba como Inspector de Autobuses Modernos S.A fue un individuo con amplio historial Terrorista y quién fue recluso por Asalto y Robo al Matadero Industrial con sentencia de Tres Años que Cumpliera en la Cárcel de la Habana, con este individuo detienen a Efigenio ocupándole 15 Granadas de Fragmentación.